1.- Esta no es tu primera publicación, porque ya tienes otras dos novelas publicadas anteriormente. ¿Qué hay de diferente en Corduras con respecto a ellas?
En las otras dos novelas lo que llegó a publicarse es una especie de borrador definitivo, apenas están revisados los textos y eso, desde la distancia, se nota en el resultado final. Le tengo muchísimo cariño a Abril y a 60 latidos de corazón, pero Corduras es una obra más madura y llevada a cabo con más paciencia que estas dos. No quiere decir que no haya impaciencia en Corduras, porque yo soy impaciente, pero al corregir y revisar con la editorial el resultado es una novela más consistente y, me parece, de más calidad.
2.- En Corduras se habla y se trata abiertamente sobre la enfermedad mental, sobre sus tabúes y sobre los reparos que tiene todavía a día de hoy la gente que habla de ella. ¿Crees que la lectura de este libro puede ayudar a normalizarlo?
Ojalá, Francisco. Es obvio que la enfermedad mental es un tema que me toca muy de cerca. Es una cosa que, por desgracia, parece que haya que ocultar o sobre lo que pasar de puntillas. En este libro quería dar visibilidad al tema y tratarlo, en mi opinión, de una manera desprovista de pudor o de lástima. La enfermedad mental está en todas partes y, en algunos momentos, en todos nosotros. Espero llegar a mucha gente y que podamos normalizar o entender mejor la cuestión.
3.- Diría que en Corduras hay dos sentimientos que predominan en todos los relatos: el dolor y la tristeza. ¿Ha supuesto para ti algún tipo de revulsivo el escribirlos en esas tonalidades?
Normalmente, cuando escribo, lo hago desde muy dentro y no puedo evitar sentir lo que estoy escribiendo. O escribir lo que estoy sintiendo en esos momentos. El momento vital en que escribo Corduras es un momento de mucha inseguridad y muchos miedos. El dolor y la tristeza son en ocasiones dos motores extraordinarios de la conducta humana. Y en el caso de este libro claramente han sido el empujón que necesitaba para acabar donde está en estos momentos.
4.- Corduras es un libro de relatos, aunque cuando se avanza en la lectura de los mismos se encuentran conexiones y relación a distintos niveles entre ellos, como si se tratase de un tejido. ¿Lo has hecho así a propósito o te ha salido sin darte cuenta?
Suelo improvisar mucho cuando escribo. Esto provoca que el punto del argumento por el que está pasando el lector no esté muy lejano del mío cuando lo he escrito. Lo cual hace muchas veces que las historias se me mueran en las manos. Otras no es así. En el caso de Corduras hay un planteamiento de salida que es el de crear un universo con “celdas” interconectadas. Pero no hay una estructura diseñada de antemano, tan solo he dejado que la historia fluyera mientras escribía.
5.- ¿Cómo te definirías como escritor? ¿Eres un escritor estructurado y organizado, improvisas, o cuál es tu forma de escribir?
Como se puede intuir si no se ha leído nada mío o como pueden ver claramente las personas que me han leído, soy de improvisar y esto hace, como decía anteriormente, que la mayoría de mis historias sean cortas o que acaben antes de concluir. Normalmente siento el impulso de escribir y me pongo a hacerlo, pero soy poco constante y me cuesta llegar mucho más lejos. Por eso doy tanto valor a haber podido de alguna manera concluir tres libros. Y por eso disfruto en el ámbito de la literatura breve.
6.- ¿Qué género literario o autor/a te gusta leer? ¿Nos puedes recomendar alguna lectura?
Me gusta sobre todo la novela. Suelo leer cualquier cosa que esté contada de manera hermosa, más allá que la historia que se esté contando sea más o menos impactante. Me gustan los autores que mezclan recursos de la poesía con la prosa. En este sentido, me gusta mucho Alessandro Baricco o Yasunari Kawabata, aunque es muy difícil citar solo algunos. Recomendaría “Océano Mar” de Baricco y de Kawabata “Historias de la palma de la mano”.
7.- ¿Podrías contarnos cómo ha sido tu experiencia al publicar por primera vez con una editorial, Modernidad Líquida?
Me gusta que me hagas esta pregunta porque para mí ha sido algo completamente novedoso. El enfoque tanto tuyo como de la editorial, respetando la esencia de la historia y el estilo, han hecho que, lejos de ser algo doloroso o complejo, se trate de algo fluido y muy gratificante. Por otra parte, hay cosas tan sencillas que no he vivido como ver mi libro en alguna librería, que estoy muy agradecido de la oportunidad que se me brinda.
8.- Algunos de tus personajes están cerca del extremo, otros de la paradoja y muchos de ellos del surrealismo. ¿Te gusta crear este tipo de personajes? ¿Por qué?
Me gusta crear personajes que tengan vida propia. En este sentido “Niebla” de Miguel de Unamuno me marcó mucho como lector y, más tarde, como escritor. Yo planteo sobre el papel (o sobre mi portátil) unos rasgos de personalidad y unas vidas y van despertando y se van independizando de lo que yo pueda querer para ellos. Hay veces que los premio y otras que los castigo, como creador, pero en general actúan con independencia y esto lo hace mucho más fascinante. (Igual esto suena un poco a locura, o a “Corduras”, pero de verdad que me ocurre así).
9.- En tus relatos hay una mezcla de realismo y fantasía (en ocasiones diría que perplejidad). ¿Cómo te sientes más cómodo, escribiendo historias reales, que pueden ocurrir en nuestra cotidianidad, o dotándolas de un componente más fantástico?
Me gusta más escribir transgrediendo los límites de la realidad y de la cordura. Me deja más margen para introducir elementos que lleven a las historias hacia puntos poco previsibles y más atractivos tanto para mí al escribirlos como para el lector al leerlos.
10.- ¿Qué esperas conseguir con Corduras y cuál es tu próximo proyecto literario, si es que ya tienes uno en marcha?
Me apetece mucho volver a empezar el proceso desde el principio. Tener una idea, tirar del hilo, llegar a algo tan bonito como la publicación de algo tuyo. Pero quiero centrarme de momento en la difusión de Corduras y en disfrutar de todo lo que me tenga reservado.
Por otro lado, me gustaría conmover a la gente, que todo el dolor y el sufrimiento que he volcado en el libro se convirtiera en comprensión y en una apertura hacia la enfermedad mental. Y también me parecería un gran logro el llegar a gente a la que no conozco en persona y que, aun así, conectara con todo lo que hay dentro de estas páginas.
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